¡A TI, Jehová, clamaré! ¡Roca mía, no guardes silencio conmigo; no sea que estando tú callado conmigo, yo venga a ser como los que bajan al hoyo!2 ¡Oye la voz de mis ruegos, cuando clamo a ti, cuando alzo mis manos hacia tu santo oráculo!3 ¡No me arrebates con los inicuos, y con los obradores de iniquidad! los cuales hablan paz con sus prójimos, y llevan maldad en su corazón.4 ¡Dales conforme a su obra, y conforme a la malicia de sus hechos! ¡según la obra de sus manos dales la recompensa; vuélveles su merecido!5 Por cuanto no quieren atender a los hechos de Jehová, ni a las obras de sus manos, él los derribará, y no los edificará.6 ¡Bendito sea Jehová, porque ha oído la voz de mis ruegos!7 Jehová es mi fortaleza y mi escudo: en él confió mi corazón, y yo fuí ayudado; por tanto se regocija mi corazón, y con mi canción le alabaré.8 Jehová es la fuerza de los que le esperan; y la fortaleza de salvación para su ungido es él.9 ¡Salva a tu pueblo, y bendice a tu herencia, pastoréalos también, y ensálzalos para siempre!